miércoles, 15 de junio de 2016

Papá, mamá, no quiero ser una princesa.

Papá, mamá, siento decepcionaros si queríais una pequeña princesita adorable, pero yo no soy eso. He pasado muchos años queríendo serlo, viendo modelos de conducta por todas partes que me empujaban a ser amable, sonriente, dulce, cariñosa y a no molestar mucho, si podía ser. Las niñas, las chicas, las señoritas (no digamos mujeres, que suena muy adulto y sin gracia), tenemos que ser esbeltas, gráciles, guapas, aseadas, bien peinadas y maquilladas, con un aura que desprenda fragilidad y gracia por todas partes. Tenemos que ser un adorno, y tenemos que querer serlo. Miles de influencias nos lo gritan a la cara desde que somos pequeñas; incluso antes de nacer ya nos están comprando ropa rosa, no vaya a ser que nos vistan de otro color y parezcamos un niño.

Eso no quiere decir que rechace de plano todo eso. Se puede ser amable, sonriente, dulce y cariñosa, no hay problema en ello. Pero eso no quiere decir que haya que ser así todo el tiempo. Yo me considero una persona amable y cariñosa, pero también tengo mucho carácter, digo lo que pienso y lucho por lo que quiero. Ahí hay un conflicto con el ideal princesil. Y ese conflicto lo he sufrido toda mi vida, porque en cuanto una niña/chica/señorita saca un poco de nervio, resulta que es una marimandona, o una borde, o cualquier otro calificativo despectivo. Porque una princesa tiene que ser un ser hermoso y pasivo, no puede ser decidida, no puede pensar, no puede tener carácter, no puede destacar y no puede cuestionar las órdenes. Tiene que seguir el protocolo marcado, y, si lo incumple, chirria y hace que todo el mundo la mire con desprecio para que se arrepienta y vuelva a ser una princesa impecable.

No me maquillo. No lo hago porque me da pereza y luego siento la cara rara. El maquillaje me pica, me molesta, y no me parece que el esfuerzo de ponérmelo y llevarlo merezca la pena. Sí, me veo más guapa si me maquillo porque eso es lo que nos hacen deglutir una y otra vez desde la publicidad. Pero ¿por qué tengo que ser más guapa (si es que el maquillaje de verdad es bello)?¿Con qué fin?¿Para quién? Si es para mí, la verdad es que yo prefiero ir con la cara lavada, mucho más a gusto. Si es para complacer a los hombres entonces no me interesa. Al hombre al que le tengo que gustar ya le gusto lavada, despeinada y recién despierta. No soy un adorno, ni yo ni ninguna mujer. La que se maquille porque a ella le guste bien por ella, pero a las que no nos gusta ¿por qué tenemos que hacerlo? Quien dice maquillarse dice depilarse, matarse en el gimnasio o sin comer para estar delgada, llevar tacones o ropa incómoda para ir sexy o elegante o ambas cosas, maltratar el pelo con miles de productos para darle color o una forma específica... Lo mismo me da, básicamente cualquier tipo de actividad para cambiar lo que somos por naturaleza. Como toda buena princesa tiene que hacer para estar impecable.

No quiero ser princesa. No quiero comportarme todo el rato pensando en lo que van a pensar los que están a mi alrededor. Quiero poder decir lo que pienso y que se me escuche, quiero poder reirme a carcajadas sin que me miren como si estuviera loca, quiero poder expresar lo que siento sin que se me trate de histérica. Quiero poder llevar mis pendientes de perlas y enseñar mi tatuaje a la vez, sin que desentonen porque no encajan en un estándar social. Quiero poder decir "mama" en vez de "mamá" y no preocuparme si no suena fino. No he nacido en una alta cuna ¿y qué? Eso no quiere decir que sea peor que la gente que sí. ¿Por qué tengo que ser refinada? Ni que fuera a comer con el rey.

Ojo, que todo lo que estoy diciendo no quiere decir que no sepa comportarme. Sé diferenciar perfectamente un ambiente de otro. Pero si en mi casa y con mi familia digo muchos tacos y expresiones brutas, pues me expreso libremente y me río todo lo que quiero. Eso no quita que siempre salude, diga "por favor" y "gracias" y trate de usted a mis mayores. Eso no quita que cuando esté en mi lugar de trabajo sepa comportarme de manera profesional. Pero que en la intimidad familiar diga alguna burrada no me quita valor. Ni que no encaje con el estándar de mujer perfecta me quita valor. Y soy mujer, y me gusta, pero odio que por no ser perfecta me quieran hacer sentir menos mujer. Soy MUJER, me gusta y nadie me va a quitar eso. Y no, no soy una princesa. Y sí, soy cisgénero, heterosexual, blanca y no tengo ningún tipo de minusvalía pero creo que las mujeres que no coinciden con esto también son mujeres, y no son menos femeninas por ello. Porque la feminidad no es ser perfecta, no es ser un adorno, y no es encajar en un estándar social. Y a ninguna mujer deberían hacernos sentir menos mujer por no encajar con ese estándar.

Cerca ya de la treintena, por fin me he dado cuenta de que lo que quiero ser es una amazona, no una princesa.



2 comentarios:

  1. Para mí eres una princesa porque eres mi hija, adorable, muy educada y guapa, pero también eres una amazona, con carácter, luchadora, consecuente con sus ideas y...en resumidas cuestas un ser humano integral. Tienes empatia con los débiles y luchas contra la injusticia social.

    Yo no quiero que mi princesa sea alguien modosito que no de problemas y que esté en un rincón de la casa sin molestar. Yo quiero una princesa que tenga las ideas claras, que sepa lo que quiere y luche por ello y tu tienes todas esas cualidades y muchas más. A mi me gustan las princesas como la de Brave: rebelde, inconformista con la injusticia y luchadora.

    Cuando te digo que eres mi princesa en realidad lo que quiero decir es que eres muy especial e importante para mí, que te quiero muchísimo y que daría cualquier cosa para protegerte y que no te ocurriese nada malo, aunque sé de sobra que tú eres capaz de protegerte sola perfectamente.

    Princesa o no estoy con mamá, siempre he sabido que tú puedes ser lo que quieras porque tienes una mente privilegiada -otra cosa que me gusta de ti- y nosotros hemos intentado educarte sin prejuicios ni limitaciones.

    Así que adelante, que nada te pare. Sé lo que quieras AMAZONA, nosotros siempre estaremos contigo.

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  2. Qué maravilla tú. Qué maravilla las palabras de tu padre.
    Viva tú!
    Así como eres!

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