sábado, 24 de noviembre de 2012

Reflejos

Hay un agujero en la cortina. Todas las mañanas me despierta alrededor de las 10.30, porque es la hora a la que la luz me da en los ojos. Respiro hondo, me estiro y abro los ojos despacio, recreándome en la tranquilidad que siento. No tengo prisa, estoy de vacaciones, tengo todo el día por delante y he dormido muy bien. La ventana da hacia el este, así que la luz sigue desplazándose hacia el lado derecho de la cama según el sol se alza. Me giro en la cama y veo que sigue dormido. Poco a poco el rayo se arrastra de mi lado al suyo. Boca abajo, con los brazos a los lados, con las manos bajo la almohada, el reflejo del sol comienza a trepar por su piel. La sábana blanca le cubre hasta la cintura, así que veo toda su espalda; la postura le marca los músculos de forma sinuosa, y la luz se pasea como si anduviese por un campo lleno de lomas, despacio, con calma; primero sube por su codo, y, poco a poco, va llegando hasta su hombro. Respira con parsimonia, profundo pero apenas perceptible, con un tempo largo como una sonata de Chopin. Contemplo la belleza de la calma durante unos minutos. Debe de sentirse observado, porque al poco tiempo abre los ojos, y con una sonrisa me dice hola. Se despereza estirándose en toda su longitud y me dice que tiene sueño. Le digo que vuelva a dormir y le recorro la espalda varias veces de manera sutil con las yemas de los dedos. Me vuelvo hacia el otro lado para que no me de la luz en la cara y cierro los ojos para intentar dormir un rato más. Al cabo de unos momentos, noto en mi espalda una caricia suave, y la carne se me pone de gallina. Me giro y le veo pegado a mi. Me dice que ya no puede dormir. Buenos días.


Fragmentos (VII)

Soy dura, puedo con todo. Puedes hacer prácticamente lo que quieras conmigo sin que eso me afecte, pero dame un golpe fuerte y me rompo. No me recompondré, todo se acabó. No. Soy blanda, me deformo. Tócame e influirás en mí, si me das un golpe fuerte puedo adaptarme. Quedaré marcada para siempre, pero seguiré ahí. ¿Cristal o plastilina? 

Puedo mantenerme firme en mi posición, no moverme nunca, ser inflexible como el muro de piedra más antiguo de la tierra, o puedo bailar como un junco, al son del agua y del viento, sin fijar mis ideas, dejándome llevar por lo que me rodea. ¿Me mantengo o fluyo? 

Es demasiado peligroso dejarme moldear por los demás, pero también lo es dejar que tengan el poder de romperme. Nunca, nunca encontraré la respuesta.



I lay down with the wolves, alone it seems, I thought I was part of you


I'm falling to pieces

sábado, 10 de noviembre de 2012

Reflexiones (III)

Como todo aquel que me conozca un poco sabrá, llevo una época bastante agitada. Debido a ello, siento últimamente mucha necesidad de hablar y compartir mis vivencias y sentimientos con mis amigos, pero sobre todo con amigas que están pasando por situaciones complicadas parecidas a la mía. Paso mucho tiempo hablando con ellas, y nos aconsejamos mutuamente, aunque a veces parecerá un poco absurdo, como si dos locos intentaran demostrarse el uno al otro como actuar con cordura. Muchas veces hablamos y nos contamos lo que nos pasa una y otra vez intentando encontrar explicaciones que no van a aparecer por muchas vueltas que les demos, pero parece que, como un mantra que se repite sin cesar, eso nos calma, y el solo hecho de contarlo nos libera un poco de su peso. 

En otras ocasiones, nos damos consejos que sabemos que nosotras mismas no podemos cumplir, aunque deberíamos, por eso los damos a nuestras amigas, para que ellas sean más listas que nosotras, hagan lo que deben hacer y no sufran; pero al final ninguna lo hace. Tenemos algo que nos impide hacer lo que sabemos que deberíamos, es demasiado complicado controlar los sentimientos. Hoy le he dicho esta frase a una de ellas: "Haz lo que te diga tu corazón, porque por mucho que intentes negarlo acabarás haciéndolo; si te sale bien, estupendo, y sino, ya sabes dónde me tienes". Al escribirla, me he dado cuenta de que es lo que todas hacemos; nos decimos que vamos a ser fuertes, a hacer lo que más nos conviene, pero al final cedemos ante los sentimientos, así que mejor no luchar contra ellos. 


Es curioso que el ser humano se define como animal racional. Bien es cierto que pensamos, hablamos, creamos, etc., pero a la hora de sentir... eso es otro cantar. ¿Cómo podemos definirnos como racionales cuando no podemos controlar lo que sentimos? Hay algo dentro de nosotros que nos controla a un nivel primitivo, nuestras hormonas, nuestro miedo, nuestros deseos... no podemos ignorar todo eso por mucho que lo queramos. Podemos fingir que lo controlamos, pero dentro de nosotros, aunque no lo reconozcamos, algo más básico nos puede. Bajo nuestra apariencia dura y autosuficiente hay un pequeño rincón que necesita ser besado y abrazado con cariño; o un pequeño niño que necesita que su madre le diga que todo va a salir bien; o un autoestima que necesita crecer a base de apariencias y reconocimiento falso; o cualquier necesidad o defecto que tengamos, que va más allá de nuestro alcance y, al final, nos acaba dominando.

Lo cierto es que no sé cómo habría llevado todo esto sin el apoyo de la gente que me rodea. Esta entrada se la dedico en especial, aunque no exclusivamente, a mi noria, mi pececillo, mi patito y mi princesa bultos, que me estáis apoyando más que nadie. Gracias a todas por estar ahí, os quiero muchísimo. Os dejo esto que he leído por ahí, aunque no encuentro quién lo escribió:

Un día el Amor y la Amistad se encontraron. Preguntó el Amor "¿Para qué existes si ya existo yo?. Y la Amistad contestó "Para traer una sonrisa cuando tú dejas lágrimas".


miércoles, 31 de octubre de 2012

Fragmentos (VI)

Durante mucho tiempo tuve la falsa sensación de que estaba segura. Segura en mi mundo protegido por una burbuja, que sólo dejaba pasar lo bueno, y lo malo quedaba fuera, distorsionado por una película de brillo aceitoso que me hacía pensar que todo eso quedaba muy lejos, como una pesadilla que no recuerdas bien al despertar. Eso no quiere decir que nunca sucediese nada malo, sino que eran cosas menores, o todo se solucionaba rápido y sin grandes consecuencias. Siempre había alguien ahí para recoger mis pedazos si había algo que se rompía, y todo volvía a estar ordenado y como nuevo. O eso creía.

Una mañana me desperté y, sin que pasase nada extraordinario, abrí los ojos. Pero no sólo de manera literal. Algo había cambiado, algo sutil, en la atmósfera, como un tenue ruido ambiental, del que no te das cuenta de su presencia hasta que alguien te lo señala. Era algo pequeño, pero molesto, y había cambiado para siempre. No había manera de apagar ese ruido blanco, frío y que cala como la niebla. Ahora vivo con los huesos helados.

"Estoy sola", me dije, "Total y completamente sola". La sensación fue como si hubiera estado andando por el borde de un precipicio sin preocupaciones porque llevara un arnés de seguridad, pero, de repente, el arnés desapareció. En ese momento, me detuve aterrada. Con el arnés, andaba tranquilamente, y nunca me caí. Sin el arnés, podría haber seguido andando como antes, sin caer, pero el hecho de saber que no había nada que parase mi caída me impedía continuar.


Las esperanzas son muy traicioneras. Sé que estoy sola en este camino, lo sé a ciencia cierta, pero, aún así, siempre hay una pequeña luz que me dice que cuando intente dar un paso, si tropiezo, una mano rápida me agarrará con fuerza y no me dejará desvanecerme en el abismo. Sólo espero no tropezar para no tener que comprobarlo.

martes, 16 de octubre de 2012

Historias paralelas

Hoy me gustaría que, en lugar de contar algo yo, me lo contasen a mí. He estado pensando en esas historias que en la ficción se muestran pero que en la vida real es imposible conocer. Sobre todo en comedias románticas y películas del estilo, se suele ver la historia desde las dos partes de una relación, desde el punto de vista del chico tímido e inseguro y desde el de la chica extravagante e inadaptada; o desde el de la chica popular que en el fondo no tiene buena autoestima y desde el de la chicha callada con una personalidad arrolladora que al final se desata pero al principio tiene envidia de la otra. No sé cómo ha llegado esta idea a mi cabeza, pero me ha dado por pensar que yo sé lo que yo he sentido por otras personas, yo he estado mirando el teléfono de reojo sin parar durante horas esperando una llamada, pero, ¿alguien lo ha hecho esperando la mía?


Me gustaría saber la otra parte de mi historia, en la que se cuenta si alguna vez alguien ha sentido admiración por mí, si alguna vez alguien ha sentido miedo de hablar conmigo porque le imponía demasiado respeto, si alguna vez alguien ha deseado decirme lo que sentía por mí pero no se ha atrevido, si alguna vez alguien ha deseado besarme como si fuera lo único que necesitara para vivir, si alguna vez a alguien le he caído mal solamente por un gesto que ni siquiera me doy cuenta de que repito constantemente, si alguna vez alguien ha tenido celos de mí, si alguna vez alguien me ha mirado de reojo al pasar para que no me diera cuenta de que lo único que quería era que le abrazase, si alguna vez alguien ha soñado conmigo cuando menos se lo esperaba, si alguna vez alguien ha deseado que no parase de mirarle a los ojos, si alguna vez alguien se ha sentido tan decepcionado por mí que no podrá volver a confiar en la gente igual que antes, si alguna vez alguien ha deseado que me muriera, si alguna vez alguien ha atesorado en su memoria algo que ni siquiera recuerdo, si alguna vez alguien se acuerda de mí aunque hace años que no hablemos, si alguna vez alguien... 


Yo sé todo lo que he sentido de la lista de arriba, y por quién, y, aunque tampoco es bueno saber todo lo que piensan de ti, sí me gustaría ver episodios de mi vida desde el punto de vista de otras personas. Igual es que leo demasiado, pero es irremediable que una chica que lee fantasee.

sábado, 13 de octubre de 2012

Yo

Algo de lo que más te puede sorprender en esta vida es tú mismo. Uno cree que se conoce hasta que se da cuenta de que ha hecho algo que no se creería si se lo hubieran contado unos meses antes. Toda mi vida he pensado que me conocía muy bien, que tenía unas convicciones muy sólidas, pero ya no estoy tan segura. Los últimos meses han estado llenos de caos, me he reído hasta llorar y he llorado hasta dormirme. Han pasado situaciones buenas y malas, pero aún así, sé que todo esto me enriquecerá como persona, porque son nuestros errores los que nos fortalecen. No sé que ganaré con esto, no sé que conservaré de mi anterior yo, pero sé que mejoraré. No puedo decir que soy una chica que ama la música y la literatura, y que soy romántica hasta la médula, que lo soy, pero no soy sólo eso. No puedo reducir mi existencia a cuatro frases, a diecisiete adjetivos y a tres fotos. No sé hacer eso, si no puedo ni entenderme a mí misma, ¿cómo voy a resumirme así? ¿De qué va a servir a nadie que no me conozca ya que diga que mi color favorito es el morado? ¿De qué va a servir que explique a nadie mis motivos y mis razones de actuar? Cada persona es un mundo, no se puede reducir a una persona a ese nivel. Nunca llegamos a conocer a nadie del todo, siempre se guardará sus deseos más íntimos, sus miedos más irracionales, siempre se guardará aquello que no es capaz ni de reconocerse a sí mismo. Si tenemos suerte podremos ver un poco más allá del boceto de cada uno.


Sólo podemos aspirar a tener relaciones estrechas y duraderas con personas con las que hemos conectado de manera especial, en cualquier sentido que una relación pueda tener. Queremos etiquetar todo, queremos saber exactamente qué es cada cosa, queremos tenerlo todo bajo control... pero el que piense que puede conseguir eso es un iluso, como yo lo he sido. Ni siquiera la persona a la que creía que me había mostrado más abiertamente sabe lo que hago ni porqué lo hago. Le explico las cosas una y otra vez, pero no lo comprende. No sé si es porque yo no me explico o porque él no quiere entenderme. No hay culpas, no hay culpa para nadie, pero estamos así, y se me han acabado las explicaciones. No puedo justificar cada uno de mis actos, cada uno de mis pensamientos y cada uno de mis movimientos, porque no lo hago ni conmigo misma, y es agotador. No puedo examinar todo al milímetro y exponerlo de manera clara e inequívoca, porque mi cabeza no da más de sí. Me importaba mucho que él entendiera mis motivos, que pudiese llegar a entender que nunca quise hacerle daño, pero no puedo seguir dando explicaciones, y si no lo comprende ya, no va a entenderlo por más que se lo diga. Si al final, después de todo este tiempo juntos piensa que soy una persona horrible y que ni me importa ni me ha importado nunca ya no le voy a intentar hacer cambiar de parecer, que piense lo que quiera.

Yo sólo soy responsable de vivir mi vida, ya no me importa que los demás me juzguen, que hablen a mis espaldas, que me deseen el bien o el mal. No me voy a justificar más, porque todo el mundo comete errores. Nadie es bueno, nadie es malo. Somos personas, hacemos cosas buenas y malas, porque somos humanos, porque somos imperfectos por naturaleza. Yo siempre he intentado hacer lo mejor que estuviese en mi mano, y, aún así, he cometido errores como el que más. No es que vaya o no a consentir que nadie me diga que soy mala, simplemente es que me va a dar igual lo que digan. Yo sé lo que he sentido, cuales han sido mis intenciones y mis pensamientos, y viviré en paz con ellos.


viernes, 12 de octubre de 2012

Vacío

Anoche, bajo las pequeñas gotas de una lluvia que acechaba, volvía a casa con un sentimiento de vacío. Bajando por la última calle que tenía que recorrer hasta llegar a mi portal, busqué la luna en el cielo, como cada noche cuando regreso. Siempre sé donde está, sea la hora que sea, siempre la encuentro, la intuyo entre las nubes o me deslumbra en un cielo despejado. Anoche no había nada. Seguí mirando al firmamento, buscando entre los edificios, buscando en cada rincón, pero la luna había desaparecido, había dejado de brillar y no podía encontrarla. Busqué la luna para entregártela pero sólo pude darte oscuridad.


sábado, 6 de octubre de 2012

Fragmentos (V)

Quiso vivir lo que leía, quiso soñar y quiso reír. Vivió, soñó y rió. Pero llegó un momento en que se dio cuenta de que cuando uno lee, las páginas son finitas, no se sabe qué pasa después. El autor da un final, el que quiere para dejar la historia redonda. Pero la vida no es así, el final llega con la muerte, no antes. Uno tiene una aventura, un desengaño, una experiencia nueva, un desafío, una pelea, un amor, un reto... sea lo que sea, lo tiene, tiene que lidiar con ello y seguir adelante. No hay un problema que se resuelva porque baje un dios y lo solucione todo, como en las antiguas obras de teatro. No hay un giro final que desate todo el lío que se había formado en el transcurrir de la historia. La vida son momentos más cómodos o incómodos, uno tras otro, con continuidad, pero sin hilo narrativo, porque no somos de cuento. Y lo peor es quedarse esperando a que llegue el final feliz, porque nunca llega, porque no hay final.


viernes, 28 de septiembre de 2012

Brillos rotos

Llegó a la parada del autobús, como todos los días a la misma hora. Dejó la mochila en el asiento, se reclinó sobre uno de los cristales y se quedó esperando. Hacía frío, así que se cerró la chaqueta hasta el cuello. No había nadie más esperando, no podía preguntar si su autobús había pasado hacía poco. Se puso a mirar los coches distraída y empezó a contar colores, para ver cuál se repetía más. 

...

-¿Dónde estoy?
-Se ha despertado, que alguien llame al doctor.
-¿Mamá?
-No, soy una enfermera, estás en el hospital, tus padres están de camino.
-¿Qué ha pasado?
-Alguien te encontró en el suelo gritando y te hemos traído aquí, ahora estás bien. Espera un poco que va a venir el doctor a examinarte.

-¿Cómo te encuentras?
-No sé, yo estaba allí, y ahora aquí.
-¿Qué recuerdas?
-Estaba contando coches, había muchos coches, todos iguales, todos eran exactamente iguales, pero de diferentes colores. Todos eran iguales, no había ni uno diferente, de verdad, eran todos iguales.
-Pero sabes que no todos los coches son iguales, ¿verdad?
-Normalmente no, pero sí lo eran, todos del mismo modelo. Aparcados unos al lado de los otros, como en una fábrica, todos iguales. Y circulando, todos iguales, pero de diferentes colores.
-Enfermera, traiga la medicación, por favor.

...

Gritos.
-¿Qué pasa?
-¡Mi piel!¡Mi piel!¡Arde!¡Se me está cayendo!¡Ayuda!
-Tranquila, tienes que calmarte, tu piel está bien, está en su sitio y no le pasa nada.
-¡No, no!¡Me duele mucho!
-Dale la medicación
-¡Pero yo...!
Oscuridad.

...

-¿Cómo te encuentras hoy?
-...
-Tengo algo especial para ti. Ya que no te estás encontrando muy bien estos días hemos traído un cachorro para que juegues un poco con él, a todo el mundo le gustan los perritos ¿verdad?
-Sí, son bonitos.
-Eso es. Mira, ¿quieres tocarlo?¿Te lo acerco?
-Bueno.
Perrito de ojos adorables y brillantes, con mirada de caramelo. Pelo suave, rubio, corto, esponjoso. Rabo que se mueve alegremente, lengua fuera de la boca, cabeza ladeada con curiosidad. Estira la mano, eso es, tócalo. El pelo empieza a crecer, a erizarse, a volverse duro, como pinchos negros. Ojos inyectados en sangre, vaho putrefacto sale de la boca, cada vez más grande, llena de colmillos mugrientos y afilados, rezumando baba, mirada de rabia, ansia de carne. Gruñidos, ladridos, gritos desgarradores.
-¡No!¡No, alejadlo de mí!¡Es un monstruo!
-¿Qué pasa? Es sólo un cachorro, no va a hacerte daño.
-¡Fuera!¡Es un monstruo!


...

Ruido de pasos en el pasillo. Ojos abiertos, penumbra. Una sombra tímida en la puerta. Mirada de curiosidad. La sombra se va haciendo más grande según se acerca. Ojos grandes, marrones, pestañas caídas, sonrisa en la mirada, risa en el brillo del amanecer. Pelo lacio y suave del color de un arce. Rostro joven, pero, con la mueca risueña, la piel muestra dónde van a aparecer las arrugas con el tiempo. Se acerca, cierra los ojos y se queda a tres centímetros de la piel. Aliento cálido de café y canela. Abre los ojos, están desenfocados, no puedo ver nada, sólo oler. Un olor tan agradable... Se inclina hacia un lado, con sus labios suaves roza el lóbulo de la oreja. Susurros.
-El amor no se puede coger, ni quitar, sólo se puede ofrecer.
Al separarse, raspa la mejilla con la barba incipiente. Se da la vuelta despacio, con cara seria. Ya no hay rastro de risa, ni sonrisa, ni brillos. Parece un hombre, mayor que antes, aunque tiene la misma edad, con cargas en su espalda, con preocupaciones, con más peso del que puede llevar. Se va, y, aunque no quiere volverse, en el quicio de la puerta se gira y mira por última vez. Pero no dice nada.
-Adiós, ojos de caramelo.





martes, 25 de septiembre de 2012

Cuando uno se convierte en su propio personaje

No sé cómo etiquetar esta entrada, si como creación o como vivencias, porque es bastante surrealista lo que me pasa últimamente. De un tiempo a esta parte, mi vida se ha descontrolado de una forma que no me habría creído si me lo hubieran contado hace tres meses. Todo ha pasado tan rápido pero a la vez parece tan lejano... y ahora el tiempo se arrastra con crueldad como una babosa por encima de un montón de sal. Me he adentrado en un sitio en el que a veces parece que estoy fuera de lugar, y a veces parece que estoy en mi salsa. Un lugar que parece hecho para otra persona, pero a la vez tan mío.


Hace tiempo comenté en Facebook, si mal no recuerdo, que tenía un proyecto en mente, de algo más grande que unos pocos párrafos como lo que suelo escribir aquí. Tenía una buena idea, inspirada en algo que había hablado con una persona, pero, al final, esa idea se materializó, y no precisamente en el papel. No pasó de la manera en que yo la imaginé, sobre todo porque las situaciones de los personajes eran distintas, pero pasó, y me convertí en una caricatura de un personaje que ni siquiera había nacido. Y más aún, todo aquello que pasó, da perfectamente para escribir una novela distinta a la que yo había imaginado. Curiosamente hace poco vi Más extraño que la ficción, donde también aparece alguien que es a la vez persona y personaje. Supongo que no me queda más que vivir y esperar a ver qué pasa.


Cuando intenté modelar la pequeña chispa creativa que tuve con aquello, no llegué a idear su final. Veamos qué le depara el futuro a este personaje. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Pasajes (I)

Sé que no estoy muy productiva últimamente, aunque no me olvido del blog y no es mi intención dejarlo. Llevo una época rara, así que como a mí no me sale escribir, leo. Después de ver las dos temporadas de Juego de Tronos, he caído en la saga Canción de Hielo y Fuego (de George R.R. Martin, para quien no sepa de dónde viene la serie). De momento voy por el primero, homónimo de la serie, pero tengo muchísimas ganas de llegar al tercero para ver cómo continúa la historia. Aún así, estoy disfrutando mucho de su lectura, porque siempre se gana en detalles e imaginación. Hoy os voy a poner algunos pasajes que me han gustado especialmente. Espero que los disfrutéis y cada uno saque el mensaje que crea de ellos, porque a mí muchos me han hecho reflexionar.


"Una mente necesita de los libros igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo"

"—¿Un hombre puede ser valiente cuando tiene miedo? —oyó que preguntaba su voz, tenue y lejana. —Es el único momento en que puede ser valiente, Bran —le respondió la voz de su padre."

"El hombre que teme la derrota ya ha sido derrotado. El miedo hiere más que las espadas."

"¿Qué es el honor, comparado con el amor de una mujer? ¿Qué es el deber, comparado con el calor de un hijo recién nacido entre los brazos, o el recuerdo de la sonrisa de un hermano? Aire y palabras. Aire y palabras. Sólo somos humanos, y los dioses nos hicieron para el amor. Es nuestra mayor gloria, y nuestra peor tragedia."

"Si no tiene nada que temer, un cobarde no se distingue en nada de un valiente. Y todos cumplimos con nuestro deber cuando no nos cuesta nada. En esos momentos, seguir el sendero del honor nos parece muy sencillo. Pero en la vida de todo hombre, tarde o temprano, llega un día en que no es sencillo, en que hay que elegir"


(Como habréis podido notar, me gustan mucho Drogo y Daenerys, junto con Tyrion son mis personajes favoritos.)

lunes, 10 de septiembre de 2012

Tiempos

Llevo unas semanas en las que parece que el tiempo está loco. La última semana me ha pasado volando, la anterior a esta lentísima, y la anterior a esa muy rápido también. Además, cuando intento recordar las cosas de estos días, está todo como difuminado, como si hubiera pasado hace mucho tiempo. No sé en que día vivo, a todo me refiero diciendo "el otro día...", porque no sé cuando sucedió.


Luces rojas, hamburguesas de un euro, música electrónica, rectas y rotondas, rectas y rotondas, rectas y rotondas... Uuuuuuh... Nge.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Locura

Durante los últimos días han pasado cosas que no pensé que pasarían, que no me esperaba, y que podría haber soñado como algo de novela o película hollywodiense, pero no creía que sería protagonista de ellas jamás. Y ahora no tengo ni idea de qué va a pasar.


Llevas una vida normal, en la que crees que no te esperan sorpresas, y, de repente, todo tu mundo se pone patas arriba. Tienes unas convicciones, unos valores, y, como si algo saliera de la nada, estos se tambalean, desaparecen y te dejas llevar.

Y empiezas a ver amanecer, y empiezas a bailar, y a reír, sin pensar en las consecuencias.

Besa, ríe, ama, salta, bromea, juega, pelea, grita, canta, abraza, enfádate, llora, mira, enamórate, pierde el control... Levántate y vive.


sábado, 18 de agosto de 2012

Cómo escribir bien

Hace tiempo encontré esta imagen y me gustó mucho, porque no sólo te da consejos sino que, además, los ilustra con ejemplos que me hicieron bastante gracia. Siento que esté en inglés, pero tiene más jugo así.


viernes, 3 de agosto de 2012

Fragmentos (IV)

Cogió la sombrilla, el bolso grande, sus gafas de sol y el protector solar y se encaminó a la playa. No le hacía falta nada ni nadie más, y todos los días le gustaba ir, aunque fuese a estar un rato. El calor en aquella época era agobiante, pero, sin importar el calor que hiciese, cuando pisaba la arena podía estar allí horas sin sentirse incómoda. Una vez que se embadurnada en alta protección y se plantaba bajo los rayos de sol el tiempo volaba. Al rato de haberse tostado un rato, decidió ponerse bajo la sombrilla a leer. Sacó de su bolso de esparto el ejemplar de bolsillo de turno con todas las esquinas de las hojas dobladas, medio abierto y curvado por la humedad, y, mientras buscaba el punto de lectura, lo apoyó en sus piernas cruzadas.  No llegó a dirigir sus ojos a las palabras, ya que se fijaron en el horizonte de agua y su mente empezó a divagar. Oía gente a su alrededor hablando de que sus vecinos tenían una gotera, y niños corrían de un lado para otro haciendo que cayese arena en todas las toallas cerca de las que pasaban, o en las personas que estaban en esas toallas. Entre las conversaciones ajenas, ella se perdió en un hilo de pensamiento que le había estado atormentando últimamente.


No podía dejar de pensar en él, pero a él no le interesaba ella, o no daba señales de ello. Alicia había intentado todo para acercarse a él, había conseguido ganar poco a poco su confianza, cada vez hablaban más y se contaban más confidencias, pero él tenía otro tipo de chica en mente. Luego le contaba a ella todos los problemas que le daban, y lo mal que le trataban, y que no encontraba a una chica que mereciera la pena, que eran todas unas guarras. Ella no sabía qué hacer para que él se diera cuenta de las posibilidades sin declararse directamente, pues era demasiado tímida para hacerlo, y tenía muy poco autoestima como para aceptar ser rechazada. Así llevaban tiempo, y no había manera de avazar. Se levantó, soltó el libro encima de la toalla sin preocuparse del punto de lectura ni de cómo caía, corrió hacia un saliente de piedra, estiró los brazos por encima de su cabeza, y saltó para sumergirse lo más rápido y profundamente posible. Apenas opuso resistencia al mar, y mientras las burbujas recorrían su cuerpo y el frio se iba colando por sus poros, todo pensamiento agotador se borró de su piel.


martes, 31 de julio de 2012

Reflexiones (II)

Mañana me voy de vacaciones a Almería, por tercer año consecutivo. El hecho de que vaya al mismo sitio desde hace tiempo, me da la agradable sensación de tener un pueblo que nunca tuve. Cuando era pequeña, muchas de mis amigas del colegio, cuando llegaban épocas no lectivas, se iban a sus respectivos pueblos de la madre, el padre, la abuela o quien sea. Siempre me dieron mucha envidia, porque yo me quedaba aquí, o, si había suerte y ese año nos tocaba irnos de viaje, iba a un lugar donde no conocía a nadie. Sé, también, que muchas de ellas no querían ir, porque se aburrían, pero a mí me daba igual, yo quería un pueblo.


Quería tener la sensación de llegar a un sitio conocido, donde puedes ver a gente que hace tiempo que no ves, pero que te agradan. Tener tiempo para vivir despacio, quedando para tomar algo y poneros al día de vuestras respectivas vidas en la ciudad, mientras disfrutáis de la paz de un lugar retirado. Igual he idealizado la imagen de la vida en un pueblo. Y bien cierto es que Almería capital no es un lugar retirado, pero vuelvo a gente que me conoce. Supongo que, con las comodidades de la ciudad, acabaría por aburrirme, pero la sensación de pausa es buena de vez en cuando. Y la sensación de desconexión de tu vida habitual también lo es.

De momento, mañana pasaré siete horas en el tren, destrozándome la espalda, pero, cuando llegué, podré estirarme mirando el mar.



lunes, 30 de julio de 2012

Argh



ARGH:
1. An exclaimation of annoyance, exasperation, or other negative factor.
2. The sound made by a stereotypical pirate. 

"Argh" es mi palabra del día, y eso que todavía es pronto. Más bien por la primera acepción que por la segunda, aunque me guste mucho el pirata Roberts; o aunque de pequeña me pusieran un parche en un ojo. 

Estoy de vacaciones, pero no, tengo que estar metida en burocracia, y ni siquiera por mí, sino por otra persona. Podría haber mentido y haber pasado del tema, pero no, tengo que hacer lo correcto y complicarme la cabeza. Me siento un poco como Astérix y Obélix con sus "formalidades administrativas".


Perdonad que hoy no esté muy literata, pero a veces escribir sirve como desahogo, y me hacía falta. Por lo menos, viendo el vídeo me he reído un poco de la situación. Y también sirve para recordaros que no me he olvidado del blog, aunque esté un poco desierto últimamente.

jueves, 31 de mayo de 2012

Metallica

He vuelto. Soy al fin libre de los malditos exámenes finales, después de todo un año estudiando y acumulando cansancio... Ya tengo cuatro notas de cinco. Todo notables. No está mal, pero se echa de menos algún sobresaliente. Aún así, para lo que he estudiado, me doy con un canto en los dientes; si los profesores supieran lo que he estudiado de verdad me suspenderían seguro.

Dejando a parte el amargor del estudio forzado (ni que me hubieran estado dando latigazos...), este fin de semana fui al festival Sonisphere y vi seis conciertos en dos días. Todavía me estoy recuperando, los festivales son matadores, pero aún así mereció muchísimo la pena. Vi el viernes a Sonata Arctica, Limp Bizkit y The Offspring, y el sábado a Within Temptation, Slayer y Metallica. La organización fue muy buena. No tenía buen recuerdo de otro festival al que asistí hace unos años, pero esta vez no tengo queja ninguna. El reciento era adecuado, cimentado, lo que es muy importante porque no se levantaban polvaredas de las masas humanas caminando, y no hubo más que un retraso de media hora en un concierto, así que chapó. 

Voy a dejar a un lado a todos los grupos para hablar de Metallica, porque el concierto fue tan grande, que creo que jamás podré ir a cualquier otro mejor. Fue insuperable, o por lo menos para mí. He leído unos cuantos reportajes del concierto y la verdad es que no me convence ninguno. Unos dicen que fue muy planeado y lo critican, otros critican al grupo directamente que no son los mismos de cuando comenzaron... No sé como una buena actuación es mala por estar bien controlada y planificada, eso quiere decir que tanto los músicos como el equipo técnico han hecho un trabajo concienzudo para dar al público algo de calidad, no entiendo cómo eso es criticable. En cuanto a que no son los mismos que cuando empezaron... llevan 30 años en la música, es normal que se adapten y evolucionen, tampoco lo veo como un defecto; aún así, todo lo que tocaron fueron temazos de sus mejores momentos como grupo de thrash metal, así que en mi opinión lo hicieron perfectamente.

En realidad, cuando salieron a tocar no parecía un festival, parecía un concierto únicamente suyo, o, como me dijo Victor más tarde "Ya han llegado los que tenían que tocar, todos los demás eran teloneros". Lo cierto es que puedo estar influenciada porque desde hace tiempo tenía muchas ganas de verlos en directo, y eso, quieras que no, me dio unas ganas y una predisposición espectaculares para disfrutar del concierto. La lista de canciones fue impresionante, con el Black Album completo, de principio a fin (o de fin a principio, ya que tocaron los temas en orden inverso al original), y añadieron canciones tan míticas como Master of Puppets o Seek and Destroy. Se puede consultar la lista de canciones que tocaron aquí

Además, James Hetfield conectó mucho con todo el público, haciéndonos cantar, vibrar y sentir todo lo que él nos transmitía. Se me ponían los pelos de punta con su voz llena y cálida, con unos toques de aspereza que la hacen tan especial. Eso, y que todos los instrumentos estaban cuidadosamente ajustados al sonido del recinto, lo que, aunque no podemos decir que se oyese como un disco de estudio, daba una claridad brutal para ser un directo. Al terminar el concierto, además, repartieron montones de púas al público, lo que se agradece mucho (aunque yo no logré coger ninguna, pues estaba demasiado lejos como para que me llegaran).

Resumiendo, que ha sido el concierto de mi vida, aunque ya he visto otros que me gustaron muchísimo, como los de Rammstein, Muse o Apocalyptica, que los disfruté como una enana también.

Y ahora que estoy con mono de más Metallica, voy a tocar Nothing Else Matters con el piano. En concreto esta versión, aunque con un poco más de velocidad, que este chico, aunque la toca muy bien, va un poco lento.



Para terminar, os dejo unas fotitos de las que sacaron los fotógrafos profesionales que se encontraban allí, ya que las que saqué yo son de mala calidad y no merecen la pena.








Si vuelven a España repito, lo tengo claro.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Paréntesis (...)

Nota a mi yo futura:

Si alguna vez llegas a ser profesora, por favor te lo pido, escribe tus apuntes con frases cortas, claras y directas. Muchos estudiantes te lo agradecerán. Olvídate de frases mastodónticas que ocupan 15 líneas con miles de subordinadas que despistan y sacan continuamente del hilo discursivo. Gracias.

¡Ah! Y lo de contar tu vida en clase divierte mucho a los alumnos, pero no les ayuda a entender la materia, así que limita las anécdotas al mínimo necesario para que tus alumnos crean que eres molona pero no pierdas tiempo valioso.

Imagen sutil donde las haya para demostrar a dónde mando a los que me quieren enseñar así  


Tu yo del pasado 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Largo puente de mayo

A mis pocos y queridos lectores habituales:

Mi puente de mayo se va a alargar más de lo que dura en Madrid, y eso que dura más que en el resto de España. Mi puente probablemente se alargue hasta junio, por algo terrible llamado universidad. Parece ser que algunos profesores han pensado que lo mejor es mandar muchos trabajos para las últimas semanas de clase, para irnos entrenando para los exámenes. Así que es fácil que no escriba nada más hasta que acabe los exámenes, y el último lo tengo el 29 de mayo. Ya he escrito poco en abril, porque ya tenía unos cuantos trabajos que hacer y un poco de estrés, pero a estas alturas el nivel de estrés aumenta mucho, incluso se habla abiertamente de suicidio entre clase y clase. 

Tampoco creo que se vaya a echar mucho en falta este modesto y recién nacido blog, pero aún así quiero avisaros a vosotros y a mí misma, para darme esta excedencia pero luego retomar la escritura, y si puede ser hacer algún progreso y no escribir sólo fragmentos de historias inconexos. Esto no quiere decir que seguro que no vaya a escribir nada en absoluto, sólo quiere decir que probablemente no lo haga. Aún así, igual encuentro un huequito para hacerlo, o igual encuentro un huequito para tocar el piano o para leer o para ver alguno de los 37 capítulos que tengo que ver de las varias series que sigo y que se siguen acumulando, o para jugar a la consola. El caso es que no lo sé. Lo único que sé es que tengo que hacer más cosas de las que me siento capaz, aunque también sé que aunque no me siento capaz de hacerlo todo ahora mismo, al final lo haré. 

Os dejo con estas piezas que me tienen enamorada últimamente, y con las que despejo un poco mi cabeza cuando se aglomeran demasiados pensamientos derrotistas. Muchos adultos (como si yo con 25 añazos no me considerase adulta...) dicen que la vida del estudiante es la mejor que hay, que la disfrute, y probablemente tengan razón, pero tiene momentos atroces, eso es innegable.




Os quiere,

Ana

jueves, 26 de abril de 2012

Puntos de vista

Esta mañana ha pasado algo a la salida del metro mientras esperaba a Victor. Ha llegado una mujer con su hijo de unos 2 o 3 años y se ha montado en la escalera mecánica para bajar hasta la entrada, con tan mala suerte que el niño se ha soltado de su mano y no se ha subido a los escalones, sino que se ha quedado justo en la plataforma metálica de antes. El niño ha empezado a ponerse nervioso porque veía que su madre se iba alejando de él, mientras su madre le decía que se montase que no pasaba nada. La pobre criatura estaba muy asustada y cuando por fin se ha decidido a pisar un escalón se ha apoyado en el cristal lateral, porque con esa altura obviamente no llegaba al pasamanos móvil, y se ha caído porque el cristal está quieto y las escaleras en movimiento. Entonces ha empezado a gatear hacia fuera con un pánico terrible. Yo todo esto lo he visto desde algo lejos, pero un chico que salía y estaba más cerca de la escalera mecánica ha sido rápido y ha cogido al niño para sacar sus manitas del peligro de los escalones metálicos. Después una chica que bajaba ha cogido al nene de la mano y lo ha bajado con él para que llegara hasta su madre.

Ahí se podría haber solucionado el problema, pero resulta que varias personas se han sentido moralmente superiores a la madre y han empezado a increparle por "dejar al niño sólo", porque "hay que verlo para creerlo" o "lo tuyo es muy fuerte". No estoy segura de si es que no han visto lo que ha pasado o es que se sienten con el poder de juzgar a la gente como si fueran santos. No pienso que algo que podríamos llamar accidente se pueda juzgar como una acción mala (ni buena, claro), por lo que no entiendo la moralina de pegarle la bronca a la mujer.

Quizá me sienta un poco más sensible con este tema porque estoy leyendo La saga de Ender, de Orson Scott Card, y el tema de la moral y las primeras impresiones se trata de manera profunda. En el primer libro, El juego de Ender, aparece, apenas al final, la figura de el Portavoz de los Muertos, que se desarrolla mucho más en el segundo, La voz de los muertos. Al principio sólo existe uno, pero con el paso de los años, los portavoces de los muertos pasan a ser una figura seudorreligiosa (que no sectaria), cuya misión es hablar de la gente que ha muerto, en una especie de misa de difuntos donde se explica no sólo la vida de esa persona, sino el porqué de sus acciones. Todo esto se hace con la idea de que hasta la más cruel de las personas tiene un motivo por el que actuó así, lo que hace que no sea cruel a propósito, sino que sucedieron ciertas circunstancias que lo llevaron a eso. No se entiende que se justifiquen las acciones de todas las personas, sino que se las comprenda y ni se santifique ni mortifique su recuerdo.

Os dejo con dos breves citas que marqué que explican bastante bien la filosofía de la cuestión:

"Ningún ser humano es indigno cuando se comprenden sus motivos. Ninguna vida deja de merecer la pena. Incluso el más malvado de entre los hombres, si conoces su intimidad, tiene algún acto generoso que lo redime de sus pecados, aunque sólo sea un poco."

"-Cuando conoces de verdad a alguien, no puedes odiarle
-Tal vez sea que no puedes conocer a nadie de verdad hasta que dejas de odiar"


P.S.: Me acabo de enterar, buscando una foto de Ender para añadir, que hay una película de El juego de Ender en producción, prevista para estrenarse en Estados Unidos en noviembre de 2013. Habrá que verla, puede estar interesante. Además con Harrison Ford, que parece ser que siente debilidad por la ciencia ficción y se apunta a todas.

domingo, 22 de abril de 2012

Fragmentos (III)

Llegó un momento en que no pudo más, y todo lo que estaba establecido, toda la seguridad y estabilidad, se quebró en finos fragmentos de cristal que atravesaban su carne. Sus pensamientos se desmoronaron como un diente de león en un día de viento, y no pudo más que ver cómo sus ideas se desparramaban sin control y sus nervios cedían con ellas. Por un momento sólo sintió la inmensidad del vacío y la soledad más violenta, pero al segundo todo se le vino encima y sintió como el aire no podía entrar por su garganta. Durante unos instantes peleó por respirar, y cuando por fin lo consiguió las lágrimas empezaron a salir a borbotones y su cuerpo empezó a convulsionarse por la dificultad de conseguir aire. Aunque parecía duro y cruel era lo mejor que podía pasar; en ese momento su mente empezó a relajarse y toda la tensión salía poco a poco. Él no podía soportarlo más y la rodeó con sus brazos, envolviéndola y recogiendo sus pedazos. Por fin dejó de llorar y mientras él acariciaba su melena despeinada pudo descansar contra su pecho, escuchando los latidos fuertes y regulares que la devolvían a su rutina.


sábado, 7 de abril de 2012

Piano

Cuando le veía tocar sentía cierta envidia. Sus manos no dudaban ni un instante de lo que hacían, sus dedos, ya con visibles signos del paso del tiempo, tenían la agilidad de los de un chiquillo de 20 años. Cuando tocaba recobraba toda su fuerza, aunque al andar por la calle pareciese viejo y frágil. Se veía lo cómodo que se sentía con el piano, y aunque tocase la melodía más difícil de la tierra, sus manos siempre estaba relajadas. Cuando atacaba las teclas parecía que las besaba con la punta de los dedos, las acariciaba aunque estuviese tocando fortissimo. Era la persona más segura del mundo cuando se sentaba en su mullida banqueta de cuero negro. Se colocaba allí, levantaba con sumo cuidado la tapa del piano y paraba unos segundos. Cerraba los ojos, como inspirando las notas poco a poco, como haciéndolas llegar a sus pulmones y repartiéndolas por todo su flujo sanguíneo. Y, cuando se decidía, no le tenía miedo al piano. Empezaba a tocar con toda la suavidad o fuerza que quería, con toda la parsimonia o velocidad que exactamente quería. Cuántas veces la hizo llorar y emocionarse al escucharle, y cuantas veces lloró y se emocionó él tocando. 


A veces ella incluso se sentía un poco celosa. Muchas veces pensó que jamás se había fundido con ella como se fundía con su piano. Quería poder llegar a su alma igual que esas malditas notas que le arrancaban su amor y su tiempo. Pero luego le escuchaba tocar para ella y no podía más que amarlos en su conjunto. Él y su música. Sus manos y sus teclas. Su blanco y su negro. 

jueves, 22 de marzo de 2012

Fragmentos (II)

Su manera de mirar las cosas era diferente a la de los demás. No le importaba quedarse quieto intentando buscar las gotas de agua que caían de las cornisas después de una noche de tormenta, para seguirlas mientras caen al suelo y hacen saltar el agua de los charcos. Sus padres y profesores pensaban que tenía un cierto retraso; podemos decirlo así, si hablamos de no tener la prisa obligatoria de la vida moderna. Cuando miraba una margarita sus ojos no se fijaban de los pétalos, ni jugaba al "me quiere, no me quiere", sino que intentaba ver el polen, intentaba leer cómo funcionaban las margaritas.

jueves, 15 de marzo de 2012

Film Symphony Orchestra

¡Pero qué emocionada vengo! He ido el concierto de la Film Symphony Orchestra, una orquesta que homenajea al premiadísimo compositor John Williams, y ha sido de lo más espectacular que he visto nunca. Hemos ido mi padre (un cinéfilo) y yo (una melómana con especial debilidad por las bandas sonoras; vaya par).

Pinchando aquí podéis ver toda la información del programa, en Madrid han tocado el programa 2, porque dependiendo de la ciudad tocan uno u otro, van alternando. Pero no sólo eso, es que estaba todo el mundo tan eufórico, gritando bravos y ovacionando que el director no nos ha dado un bis, ni dos... ¡si no tres bises! Además, geniales. El primero ha sido el tema principal de Jurassic Park. Después, el director nos ha vacilado diciendo que iba a tocar una canción de Memorias de África, cuando la orquesta se pone a tocar... ¡la Marcha Imperial! Ahí si que nos hemos venido todos arriba, incluso aplaudiendo cuando comenzaban la canción. Y el último bis ha sido el tema principal de Indiana Jones, que también tiene tela.

Lo mejor es que hace poco, después de escuchar la banda sonora del juego Uncharted 3, dije que me encantaría ir a un concierto de bandas sonoras de películas y videojuegos. A los dos o tres días aparece en las noticias que esta orquesta está de gira por toda España. Parece que alguien me escucha (aunque sea sólo de películas).

Juro que con algunas obras se me ponían los pelos de gallina, con otras me emocionaba como un niño pequeño (ni os cuento con la de Harry Potter, que se me humedecían los ojos) y con otras me venía totalmente arriba (sobre todo las de Superman, Tiburón y la Marcha Imperial). Para muestra un botón. Os dejo un vídeo de la actuación de Sant Cugat el día 10, donde tocaron el programa 1, por lo que la canción de Harry Potter que he oído yo era otra, pero no importa, sigue siendo genial.


Si alguien tiene la oportunidad de ir a verlos, lo recomiendo fervientemente; es más, os conmino a ir, creo que es un must de la temporada (como dirían en blogs de moda).

Actualizo a 15/3: Ha subido la orquesta a su canal de YouTube un vídeo de ayer, el bis de la Marcha Imperial. Lo dejo para el que quiera verlo (podéis empezar a ver el vídeo en el minuto 2:00, antes sólo hay aplausos).


domingo, 11 de marzo de 2012

Pasión

Se miraron y algo en sus ojos les dijo que jamás podrían separarse. Un gran flujo eléctrico recorrió sus cuerpos al instante y se abalanzaron el uno sobre el otro. Todo pasó en menos tiempo del que tarda el agua brava en sortear una roca. El contacto de sus pieles les causó la quemadura de un rayo, pero ningún rechazo se produjo en sus corazones. Con avidez, sus manos empezaron a despojar los cuerpos de la tela que los cubría. Sus labios se unieron con la fuerza de dos imanes, y sus lenguas recorrieron sus bocas, necesitadas de dulce saliva. Él besó el cuello de ella, y ella agarró la espalda de él con nervio. El beso se convirtió en bocado, y el abrazo en rasgadura. Pronto la sangré empezó a correr, caliente y pegajosa. Su calor y su sabor metálico avivaron sus ansias. No pudieron contener la fuerza, y sentían el aullante dolor, pero no les importaba. A cada segundo estaban más unidos, más dentro del otro. Se desgarraban la carne con anhelo de tenerse. Se les nublaba la vista, pero el ímpetu no disminuía. Cayeron al suelo sin separarse ni un centímetro, encima de un gran charco rojo escarlata. Sus labios se volvieron a unir, en un último intento de poseerse y cerraron los ojos al unísono. Ya se pertenecían. Sus cuerpos desgarrados yacieron con el más grande de los amores.


sábado, 10 de marzo de 2012

Fragmentos (I)

Estaba delante del espejo mirando fijamente sus ojos, sin reparar en nada más. Buscaba un nuevo brillo, una señal de cambio. Se acercaba y se alejaba despacio para ver su tamaño. Intentaba aprender las grutas de sus iris tallados en color miel como si fueran un mapa hacia su destino. Apretaba los párpados con fuerza y los abría de forma violenta para ver cómo sus pupilas se hacían más grandes y más pequeñas para regular la luz. Pero no había luz en su mirada.


Amélie

Acabo de volver a ver, después de mucho tiempo desde que la vi por primera vez, Amélie. Quería hacerlo porque estuve estudiando con el piano Comptine d'un autre été, pero no recordaba la película, aunque conozco su banda sonora bien. No tengo vicios, ni fumo ni bebo; pero escucho a Yann Tiersen continuamente. Siempre recaigo, es inevitable.


El caso es que por fin la he visto, y lo que creo que mejor puede expresar lo que me hace sentir es decir que me ha dejado flotando. Es ligera, liviana, límpida. Amélie hace cosas extrañas, pero no nos asombramos al verla más que en el buen sentido. Me admira esa forma de vivir, tan imaginativa y diferente a la del resto, que muchas veces hacemos justo lo mismo que la persona que tengamos al lado, sobre todo en esta sociedad tan controlada (aunque ahora no me voy a meter en eso, que no quiero arruinar mi buen humor hablando de política).

Pero también nos muestra el lado amargo de los sueños. Muchas veces nosotros mismos nos saboteamos y no dejamos que lo que queremos entre en nuestras vidas, diciéndonos que no lo merecemos, o que no merece la pena el esfuerzo. El problema es que desde nuestros ojos es muy difícil saber si nos estamos reteniendo o no. Como dice el refrán "ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio". No sabemos distanciarnos de nuestras vivencias; si pudiésemos hacerlo viviríamos mucho más tranquilos, y no sólo con este ejemplo.

Por suerte, tiene final feliz. Esta escena me ha hecho contener el aliento, y creo que es una de las más tiernas que he visto jamás.


¡Ah! Y un personaje que merece una mención especial: Lucien. Es la perfecta encarnación de la delicadeza, de la tranquilidad y de la alegría, porque por mucho que el verdulero no haga más que criticarle el sigue atendiendo a la gente de manera amable y con su tierna sonrisa. Es un personaje secundario, pero creo que él sólo expresa mucho del sentido de la película. 


"El chico no es un genio, pero a Amélie le cae bien. Le gusta su manera delicada de coger las endivias, como si fueran objetos preciosos que hay que manipular con respeto. Es su forma de expresar su amor por un trabajo bien hecho."

Y a todo esto sólo me queda añadir "Collignon cebollón". Buenas noches a todos.

viernes, 9 de marzo de 2012

Alicia

Ayer me recordó Almudena, entre obra y obra de piano, el libro de Alicia en el país de las maravillas y estuvimos hablando un rato de él. Además hoy estaba rebuscando en un cuaderno donde apunto fragmentos de libros que he leído porque el club de lectura de la universidad está haciendo un evento de aniversario y querían que los participantes pusiésemos citas de libros que hayamos leído, y me he encontrado con algunos que apunté del cuento de Lewis Carroll. Os dejo tres que me encantan.

"Alicia no había olvidado que si se bebe mucho de una botella en la que pone <<veneno>>, es casi seguro que, tarde o temprano, hace daño."

"Nunca te imagines que eres de otra manera distinta de como a los demás les pareces, que lo que pudieras haber sido no es más distinto de lo que tú habrías sido si a los demás les hubieras parecido distinta."

"-Empieza por el principio,- dijo gravemente el Rey -y sigue hasta el final; entonces paras."

La simplicidad de su escritura, su humor ligero y la profundidad de su contenido me impactaron. Es como un cuento para niños, pero mientras te lo cuenta deja traslucir otros pensamientos más complicados. Me gusta la literatura así, de apariencia sencilla, sin palabras grandilocuentes, pero con mucho seso.



Después empezamos a divagar sobre la teoría de los múltiples universos, sobre si todo lo que imaginamos existe en un universo paralelo y sobre si sería posible crear situaciones adrede (ahí estábamos ya jugando con maldad, para qué negarlo, pensando en invasiones alienígenas y así). Me encanta la literatura que despierta la imaginación.

jueves, 8 de marzo de 2012

Nueva vida para el cuaderno rojo

Después de muchos años (alrededor de 2005 fue lo último que escribí en él) mi fatigado cuaderno rojo vuelve a la vida. Esta vez en formato digital. 

Aquí estoy, con un sandwich, un colacao y un nolotil al lado, porque he llegado un poco tarde, y con un buen dolor de cabeza, a casa pero no podía ni esperar a cenar algo para ponerme a hacer esta entrada. Es curioso, porque la idea de hacer un blog ha estado mucho tiempo rondando mi mente, tanto por iniciativa propia como por sugerencia de amigos, pero no me decidía a hacerlo. Pensé "¿qué tengo yo que contar que pueda interesarles a los demás?", y nunca me daba una respuesta que me convenciese a crearlo. Pero desde hace un par de días están sucediendo cosas que me empujan a hacerlo. Primero, un amigo me mandó un mensaje para decirme que hay un taller de escritura creativa y que si me quiero apuntar, que tiene muy buena pinta. Después, me entero de que me han dado el tercer premio en un concurso de microrrelatos de mi universidad (podéis leer tanto el fallo del jurado como el microrrelato aquí). Más tarde me encuentro con un anuncio donde también se ofrecía un taller de escritura online gratuito. Y, por último, esta tarde, he recibido un comentario de mi profesor de literatura del instituto sobre el microrrelato que me ha recordado a cuando escribía en el cuaderno rojo. Todo se ha juntado y me ha traído hasta aquí.

No sé que escribiré. No sé si inventaré historias, relatos cortos, paranoias, reseñas de libros, vivencias personales... no lo sé, pero no importa. Lo que importa es escribir. Ya no me importa si hay algo interesante que contar a los demás o no. Ahora voy a escribir por mí, porque si algún día quiero escribir novelas tengo que hacerlo. Aún así sé que un par de lectores tendré, y eso es más que suficiente.

Ya no quiero ser más una simple receptora de la literatura. Quiero crear. Quiero hacer mis historias, mis mundos paralelos, expresar mis opiniones. Quiero formar parte de los libros, no en el sentido de que pongan mi nombre en una enciclopedia, sino de hacerlos vivir. Y, ahora, no puedo dejar de poner este corto, The fantastic flying books of mr. Morris Lessmore, ganador de un Oscar, que ha expresado como jamás nadie podría el amor que siento por la literatura. Son 15 minutos, que sé que en esta vida llena de prisas parecen mucho, pero es increíble y merece muchísimo la pena.


Y ya que es la primera entrada, que menos que contar un poco sobre mí, para que mis posibles lectores sepan de qué manos salen estas letras. Mi nombre es Ana, estudio el Grado en Información y Documentación, hasta hace poco trabajaba en una de las bibliotecas de la universidad, y en mi tiempo libre estudio piano y me gusta hacer todo tipo de cosas creativas. Amo la música, así que probablemente acompañe mis entradas de algunas canciones que acompañen al texto o que se me hayan metido en la cabeza. De momento eso es todo, tampoco hay que desvelar todo el misterio en la primera cita.